sábado, 28 de febrero de 2009


La princesa y el pueblo
(Alejandro)


Si supiera princesa lo que su corazón habla

Si tan sólo supiera cuánto amor le tiene su pueblo

Mas todas sus miradas están viendo oropeles ahora

Si supiera princesa lo que esos ojos me dicen

¿Cuánto se ha abandonado por esa forma de soñar?

¿Cuánto más va a esperar por esa corona de abalorios?

Si tan solo viera la labranza humilde de su gente


Es su reino más hermoso a las afueras del castillo


Si tan solo escuchara las canciones de esperanza

Canciones que vienen de las entrañas de la tierra

Esa tierra castigada ¡Ah! Princesa ¡esa tierra aún es fértil!

Su gente está cansada y quizá ya no espere a vuestro príncipe

Hay un silencio de antaño capturando la desesperación

Y usted sigue en esa ilusión de cajita de cristal

Escuche su corazón princesa y conviértase en su pueblo























Princesa no reverencie a su sangre azul

Sea la noche encantada transfórmese en su voz

Despierte en cada estrella entrelazando la luz

Desentierre los nombres olvidados esos antiguos dioses

Ancianas deidades que trajeron mensajes para la gente

Princesa transfórmese en los muertos y renazca

¿Será que la luz artificial la entretiene tanto?

¿Confía demasiado en la bondad de su atalaya soberbia?

Sé que por dentro muere en la máscara de la nobleza

Miles de cortesanos construyen esos altares vacíos

Unos cuántos clérigos predican ese amor al papel

Y celebran las adquisiciones de los poderosos

Pobre princesa sigue soñando un príncipe azul

El pueblo no te aclama por las cercas de la propiedad


















Princesa ¿qué es el amor para usted?

¿Es un hombre disfrazado de bondad?

¿Es un noble disfrazado de piadoso?

¿O simplemente el disfraz de príncipe enamorado?

¿Quién la ama realmente princesa?

¿Quién le corona el alma en cada nuevo amanecer?

¿Desde tierras lejanas vendrán por usted?

Y espera… espera… sigue esperando



Pero su gente está cansada de esperar



Su gente reclama vuestro amor sincero

Imploro princesa escuche estas plegarias

Antes de que la nostalgia la mate de amor

Antes de que el pueblo muera por su indiferencia


















Princesa la veo sonriente

¿Acaso ha escuchado mis plegarias?

Estas plegarias que no son más que
los cantos de su pueblo
aquellos que vuestros himnos reales callan

son las semillas de esta tierra casi desértica
que algún día esperan florecer

son viejas voluntades de justas verdades
que transformaron en nuevas formas de mentir


Princesa la veo sonriente


¿Será que la entretienen tanto los cortesanos?

¿Serán las ofrendas o los nuevos presentes?

¿Cómo puede usted ser feliz así princesa?


Princesa la veo sonriente

Me intriga su nueva felicidad

Pero sabe qué princesa… también me aterra




















Princesa soy esa voz desenterrada
casi olvidada

Vengo a decirle que no tiene porqué asustarse

Pero tampoco quedarse imperturbable

Quiero contarle que la gente está inquieta

La gente siente que sus esfuerzos no bastan

Siente que la celebración de su culto resulta vana

Pero por sobre todas las cosas
siente que no hay muchas esperanzas en sus dominios

Princesa ¿con qué sueño está jugando ahora?

Entiendo el motivo de su inocencia

¿Pero ya no se hizo el tiempo en que usted tiene que crecer?


Entiendo que los jardines del castillo la divierten

Me refiero a esos diseños interminables del reino

Son entretenidamente peligrosos


Le cuento que:
cuando los nobles la aplauden ávidamente

mientras usted se interna más y más en los laberintos

desconoce cuán perdida está en los jardines del castillo














¿Cuántas escaleras de caracol ha subido y bajado últimamente?

¿Acaso su reino encantado se recuesta a los bordes de un abismo?

Hoy la princesa miró por la ventana:

(tal vez haya un mundo nuevo fuera)

Las plegarias han viajado desde rincones lejanos

A llorar a los delicados hombros de la princesa soñante

Pero el eco se expande entre los pasillos simétricos y los cuartos grises



Todos los castillos se protegen de los exteriores salvajes


Muchas han sido las piedras que de brazos cansados hoy silencian

Los muchos silencios de bocas hambrientas que hicieron su templo


Los clérigos bendicen este recinto real como si de un dios se tratara

Sus voces de métodos y formas apaciguan el canto rebelde

Lo convierten en llanto
así la oscuridad se hace fe



Y el pueblo vuelve a levantar las piedras del castillo…


Donde encontramos a la princesa esperando inacabadamente a su príncipe soñado















Parece que la tierra se humedecerá muy pronto

Y el pueblo danzará sobre la lluvia una vez más

Cantará las canciones prohibidas que hablaban de los dioses

¿No hay acaso mejor júbilo que ese para usted princesa?

Ver a sus fieles alegres por los campos reverdecidos

Donde las antiguas semillas enterradas traerán futuros nuevos

Pero usted sigue sumida en el deber de la ilusión


¿Cuán lejos está de toda su gente?


¿Acaso los cortesanos le ofrecen mejores distracciones?

Sé que su corazón está entre la lluvia y la tierra

Está en los pies descalzos de los niños huérfanos

Hijos del árbol sagrado y del viento de la noche

Sé que algún día romperá ese silencio cortesano

Y se convertirá en la voz de su pueblo herido





















Ha llovido bien últimamente

A través de los campos
corren ríos de bendiciones

Ha amanecido tierra negra y húmeda

Buenas las cosechas alimentaran la esperanza de la gente

Los clérigos decidieron acompañar los festejos

Mas reclaman un nuevo templo por los buenos augurios

Otra vez las manos cansadas alzaran una torre de vacíos


Para olvidar la noche
el llamado de los dioses
y su memoria

¿Qué hará usted princesa para evitar la tragedia?

Los nobles también celebran danzando en el castillo

Mientras las piedras caen apiladas unas sobre otras

Como caen las vidas
las ganas
y las oportunidades






















Oportunidades:
Es la dulce tierra donde elegir senderos es posible

¿Su gente conoce algo de esta tierra que le nombro?

Princesa si las ataduras a vuestra gala son sus cadenas

Imagine las ataduras de su pueblo a los rigores del castillo


Pero imagine que usted es libre de no desear un príncipe soñado

Imagine ahora a su pueblo liberado

Abandonando todo tributo y leva injusta


El pueblo carece de tiempos para imaginar


Y usted pertenece a la casta real princesa

Sin embargo es en su sangre donde está la oportunidad

De sumar todas las oportunidades perdidas



Para elegir la resistencia

Los senderos de una tierra libre




















Por esta plegaria viene el corazón de su pueblo a ser su corazón

¡No lo olvide princesa!

No olvide la memoria de los hermanos perdidos
No olvide la noche y su palabra resistida
Sobre todo no olvide el olvido de los olvidan

Por esta plegaria viene la lágrima de su pueblo a secar las suyas

Para sonreírle a la desgracia

Para germinar la antigua semilla de los dioses
Para regalarle milagros a los pobres
Para curar las manos dolientes del cansancio

Por esta plegaria la gente se convierte en la voz desafiante

¡Que resuene en su hondo pensamiento!
¡Que no le distraigan más los príncipes soñados!






















Desde el Castillo







Soy la ley oficial y notable que endereza la naturaleza indómita

Soy la ley que regula las conductas de los hombres de esta tierra

Soy la ley que aplaca las aspiraciones absurdas de los inadaptados


Por la costumbre y el paso de los siglos me he conformado


Y nadie… indefectible nadie puede alterar mi sanción


Tras las piedras están los códigos imperturbables de la razón

La ley es al Castillo el resguardo del bien común

Nadie cuenta con el saber para contradecir tal fundamento

Pues mil ejércitos levantaré en defensa de esta era civilizada

A través de mi todo se hace voluntad divina inalterable

Porque ante mi el pueblo entero debe sumisión


Soy la gran ley universal del Castillo


¡He dicho!




























Sin ley la tierra impura es caos

Sin ley no hay organización posible

Sin ley el Castillo es solo inercia

Sin ley la muerte azota al hombre

Sin ley la princesa jamás será reina

De ningún reino de ninguna tierra

De ningún amor y de ningún pueblo


































¿Quiénes osan cuestionar el linaje de los nobles?

Nuestro mecanismo es legítimo es necesario es justo

El pueblo de acuerdo a las reglas ha vivido en felicidad

¿Acaso esos falsos ídolos que llaman dioses pueden hacer algo?

No hay revelación divina sino la del Castillo

No hay comunidad que sujeta a las leyes sea próspera



Voces dispersas y foráneas pretenden confundir al pueblo

Para esas voces el castigo inevitable recaerá sobre los débiles




La ley del Castillo es acorde a las necesidades de la gente

Pues no propone otra cosa que el afán de posesión

Cada uno es dueño de su verdad subordinada a está verdad incuestionable














Hay una regla conspicua que jamás muere

Un orden natural que rige a los hombres

Una cláusula mayúscula que estipula todo contrato


Divite et impera


El territorio en su inmensa forma acabada

La expresión fundamental de los límites

El mapa axiomático de la vida segura



Si los ríos dividen y las montañas separan esta tierra

Así los hombres son y serán las divisiones del reino

El medio justo a las aspiraciones comunes



Si por ley soy toda esa verdad

La forma coherente que separa las fuerzas

Que organiza las masas que hacen al mundo



Si por establecimiento soy ley

También he de ser la ley en toda su expresión









Sobre la palabra moribunda






¡Qué endeble ha resultado la fuerza de nuestra palabra!

¿Será que el deterioro del universo mágico es inevitable?

¿Acaso no hay ya más nociones que signifiquen a la gente?



Parece ser que nuestra plegaria ha sido tocada de muerte

Moriremos con ella y no habrá más lugar para el dolor



¿No dejará el rencor algún rincón de resistencia?

¿Y alguna siembra olvidada quedará en sus corazones?

¿Algún susurro del viento podrá ser la buena nueva?



Para una tierra agotada una lágrima es una caricia

Pero este llanto seco no puede herir la inercia




















La princesa perdió el amor

Dejaron su nombre sencillo
Olvidaron su corazón grato

La princesa manipulada
Hoy se ahoga en el silencio

Menospreciada en su llanto
Será la rosa emblemática del castillo

La princesa perdió el amor

Pero eso ya no importa

Se hunden los caprichos
En la médula del poder
Ajena a sus sentidos


¡Viva la reina de los hombres!


Dueña de un mundo que no ama

La princesa pierde su amor

En cada mañana ella se exilia
En su etiquetado protocolo
De sonrisas y máscaras absurdas




















Hay demasiados papeles que representan personas

Son las personas que existen en un trámite



Acciones y decretos que recorren

Los diferentes destinos encubiertos

De los intereses del castillo




¡Pobre palabra resistida!



Tú no figuras en los contratos



Te has ido marchitando lentamente

Entre los cajones de la idiosincrasia


Te has ido archivando en la desmemoria

De los pesados muros del castillo

























Hay muertos que duelen unos días
Otros en cambio tardan siglos en doler


Y nuestro dolor es de varios siglos
Y nuestra muerte es de lento dolor





Pero las páginas de la historia
Caprichosas a los vientos y a la noche
Poco dicen sobre las plegarias del pueblo




Sin embargo en el mundo de los mitos
Somos la flor oculta del pensamiento
La palabra más pura de la rebelión
























La princesa ha muerto



Renació en la reina inexpugnable


Su coronación es el fin de nuestro tiempo


No habrá lugar para verdades extrañas



El príncipe azul se ha convertido

En el grisáceo general de los castillos



Y nuestra palabra ha sido acusada

Por su inquieta revelación



Y hoy muere en la tierra desangrada



Tal vez en algún canto ella renazca

O en algún sueño huérfano haya sobrevivido


Alguna princesa que hablará en nombre de los heridos

Para ser la justa voz del pueblo olvidado



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