lunes, 3 de agosto de 2009

Acerca de la medición de la pobreza

(Acerca de la no confiabilidad de las estadisticas sobre la medición de la pobreza)
Tres Tristes Tigres de Hugo de los Campos

En los últimos catorce años, se produjeron tres reducciones notables de la pobreza en el Uruguay. La primera ocurrió en 1995, coincidiendo con el inicio de un período de recesión económica y en el último año de gobierno del Dr. Lacalle. La segunda en 2003, en medio de una de las peores crisis económicas que sufrió el país y en la última fase del período de gobierno del Dr. Jorge Batlle. La tercera, en medio de una crisis económica internacional de magnitud, a pocos meses de la finalización del gobierno del Dr. Tabaré Vásquez.
Un sencillo razonamiento inductivo nos lleva a la conclusión que la combinación de crisis económica y período pre electoral constituye el remedio más efectivo contra la pobreza.
Las últimas dos reducciones (2003 y 2009) fueron del orden del 10%. De modo que, promoviendo tres ajustes fiscales y tres elecciones, digamos, en los próximos dos años, estaríamos erradicando la pobreza en el Uruguay hacia 2011.?Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía? recordaba recientemente el Cuarteto de Nos. Cuando en períodos de crisis y campaña pre electoral, la reducción de la pobreza es grande? también.HISTORIA RECIENTE.
La reducción de la pobreza en 1995 se produjo tras un ajuste de las definiciones de Necesidades Básicas Insatisfechas, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y el Programa Fortalecimiento del Área Social.
Con la argumento de adaptar las definiciones de NBI, originalmente pensadas para los censos de población, a las Encuestas Continuas de Hogares, se modificaron los umbrales de privación crítica, de modo que, de la noche a la mañana, decenas de miles de hogares uruguayos superaron la situación de pobreza medida por el método de las NBI. Tuve oportunidad de cuestionar, una a una, las definiciones que produjeron esta primer notable reducción (1).
La reducción de 2002 se produjo tras un ajuste, por parte del Instituto Nacional de Estadística, de los bienes que componen la canasta básica de alimentos, los criterios de adulto equivalencia y el cambio en el deflactor utilizado para actualizar los valores de la línea de pobreza. Nuevamente la pobreza descendió notablemente.
Verónica Amarante, Marisa Buchelli, Magdalena Furtado y Andrea Vigorito se encargaron de demoler los argumentos que conducían al cambio en la definición de la línea de pobreza (2).
La reducción de 2009 probablemente se haya producido por sumar al salario declarado por los trabajadores dependientes, el monto de las cuotas mutuales en el mercado, que no pagan.
Tres reducciones de la pobreza, sobre el final de tres períodos de gobierno, de tres partidos políticos.No he tenido oportunidad de trabajar aún con los microdatos de la Encuesta de Hogares 2008 y el programa para el nuevo cálculo de ingresos de los hogares.
Las reflexiones que a continuación expongo son solo de orden lógico.DEFINICIONES¿Qué es la línea de pobreza?Se trata de la estimación del monto de dinero con el que un hogar debería contar, para poder adquirir los bienes y servicios básicos necesarios para la subsistencia.¿Cómo se determina el valor de la línea de pobreza?Cada varios años (unos diez) se realiza una Encuesta de Gastos e Ingresos de los Hogares.
La última encuesta de ese tipo en el Uruguay, se realizó entre 2005 y 2006. Esta medición aporta información detallada sobre los gastos de bolsillo de los hogares. A partir de esta encuesta se identifica un estrato de referencia ?en 1996 fueron los hogares ubicados en el segundo decil de ingresos? y se considera el gasto promedio de este estrato, como el mínimo indispensable para subsistir. En realidad este gasto se ajusta con criterios normativos, asegurando de este modo que la canasta básica de alimentos y el conjunto de bienes y servicios no alimentarios básicos, incluya todos aquellos considerados indispensables por la comunidad, en un momento dado, aún cuando en el estrato de referencia se consuman por debajo de ese nivel básico.
La forma de cálculo es un poco más complicada, pero la idea es esa.Como es obvio se trabaja con el costo de determinados bienes y servicios, para un estrato de referencia. No el costo que tuvieron en otro momento o que tienen para otros estratos. ¿Cómo se determina si un hogar es pobre?En la Encuesta Continua de Hogares se relevan ingresos de los hogares (es decir, de cada una de las personas que los integran e ingresos del hogar como colectivo). El monto total de ingresos se divide entre el número de integrantes (metodología 1996) o asignando pesos distintos a cada integrante (metodología 2002) obteniéndose así el ingreso per cápita del hogar.
Se compara el ingreso per cápita con el valor de la línea de pobreza. Si el primero es menor al segundo, se considera que el hogar es pobre.¿Qué son las imputaciones de ingresos?Aquí la cosa comienza a complicarse.En realidad un hogar que percibe $ 2.000 de ingresos, puede considerarse como percibiendo $ 8.000, si por ejemplo ocupa una vivienda cuyo valor estimado de alquiler en el mercado fuera de $ 6.000.
A esto se le llama el valor locativo y esta imputación se realiza ?como el costo de una cuota mutual a precios de mercado para los trabajadores amparados por la ex DISSE? hace muchos años.Personalmente discrepo con estas imputaciones.
No voy a extenderme aquí en las razones de esta discrepancia. Simplemente considero que si un hogar, integrado por 4 personas, percibe $ 2.000 de ingresos, es pobre, con independencia del valor que estima que podría llegar a tener la vivienda que ocupa, si la tuviera que alquilar.
LA IMPUTACION, A PRECIOS DE MERCADO, DE CUOTAS MUTUALES AL INGRESO DE LAS FAMILIASLos ingresos de los trabajadores dependientes han aumentado notablemente. No porque el dinero que llevan a su hogar haya aumentado (de hecho se redujo) sino porque a ese ingreso, el Instituto Nacional de Estadística le suma el valor de n cuotas mutuales a precios de mercado. Tantas como integrantes del hogar en el FONASA. A ver.
Recordemos las definiciones: el valor de la línea de pobreza, equivale al costo, para un estrato de referencia, en un lugar y momento dado, de los bienes y servicios básicos que se requieren para la subsistencia. Si un kilogramo de fideos le cuesta en promedio, en Uruguay, en 2008, a los hogares ubicados en el segundo decil de ingresos, $12, son esos $ 12 (multiplicados por la cantidad de kilos de fideos indispensables para una alimentación básica) los que deben considerarse para el cálculo de la línea de pobreza.
No el costo que esos fideos tenían antes, ni para otro estrato (no los fideos Barilla que compran los ricos, por ejemplo). Del mismo modo, al implementarse el FONASA, el ?costo? de la atención en salud pasa a equivaler al monto de dinero que se le descuenta al trabajador, por él y sus hijos, para integrar el nuevo sistema de salud.
No el costo de las cuotas mutuales en el mercado de los trabajadores independientes, por ejemplo.En este sentido, si quiere tenerse en cuenta el impacto del FONASA en la economía de los hogares uruguayos y particularmente su incidencia en la pobreza, lo que debe hacerse es modificar el valor de la línea de pobreza, ajustando el componente gastos de salud, al ?precio? real de ese servicio para el estrato de referencia, una vez implementado el FONASA. Seguramente ese ?precio? disminuyó con el FONASA (aunque muy poco como mostraré más adelante) y por tanto debería disminuir en igual magnitud la línea de pobreza. Pero de ningún modo debe sumarse a los ingresos de los trabajadores, un ingreso que no es tal y que corresponde al costo estimado de un bien, que tiene un costo real, sensiblemente inferior para ellos.
El recurso se vuelve bochornoso cuando consideramos la situación de los hogares con trabajadores dependientes incluidos en el FONASA, que han optado por permanecer en el sistema público de salud. A ellos también se les imputa el monto de las cuotas mutuales a precios de mercado.Consideremos una familia conformada por Juan, María, Pedrito y Martita. Los ingresos de la familia los aporta exclusivamente Juan, que es trabajador dependiente y lleva a su casa todos los meses $ 6.000. De modo que el ingreso per cápita de este hogar es de $ 1.500. La línea de pobreza equivale a $ 2.000, por lo que el hogar de Juan es rematadamente pobre.Todos se atienden en Salud Pública, lo cual es razonable, ya que son pobres (voy a volver sobre este punto al final).Se implementa el FONASA.Juan pasa a llevar a su casa menos dinero. Concretamente $ 5.640 (le descuentan el 6% para el FONASA).
Ahora el ingreso per cápita del hogar es 5.640 (el salario de Juan) + 3.000 (el valor de mercado de tres cuotas mutuales) = 9.640. Y el ingreso per cápita 9.640/ 4 = 2.410.La línea de pobreza sigue siendo $ 2.000.Voilá! Juan y su familia ya no son pobres!Siguen atendiéndose en Salud Pública.Es genial. Ganan menos, gastan lo mismo y ya no son pobres.Sugería unos párrafos atrás, que Juan y su familia se atendían en Salud Pública, porque eran pobres. Eso es efectivamente así. Los hogares ubicados en el decil 2 de ingresos se atienden, en su gran mayoría en Salud Pública. Porque no cuentan con ingresos suficientes para costearse una cuota mutual y porque el Estado asume su obligación de brindar asistencia sanitaria gratuita a quienes lo necesitan.
Por esta razón el peso de los gastos de salud en la canasta básica de bienes y servicios del estrato de referencia para la construcción de la línea de pobreza, es muy bajo. Incluso antes del FONASA. Jamás equivaldría al monto de las cuotas mutuales a precios de mercado.En síntesis, la implementación del FONASA probablemente haya producido una leve disminución de los costos de salud en la canasta básica de bienes y servicios.
Esta disminución podría verse reflejada en un ajuste del monto de la línea de pobreza, lo cual produciría una leve reducción de la incidencia de la pobreza en el país.
Pero es disparatado imputar a los ingresos de los trabajadores un dinero que no perciben y que no tendrían que gastar en el servicio en cuestión, ya que justamente existe el FONASA.
Los argumentos anteriores (redactados de corrido y desordenadamente) pueden considerarse tecnicismos. Nada de eso. Lo que quiero decir es que decenas de miles de familias viven en condiciones absolutamente precarias en el país.
Y que lo siguen haciendo, por más que la contabilidad del Instituto Nacional de Estadística les sume un ingreso que no perciben.

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